El Consejo General de la Abogacía se renueva.

Reconvertidas muchas de las sedes judiciales en "hospitales comarcales", le toca renovarse a la Abogacía Española que se deshace de  su  escudo y, al menos simbólicamente, de la larga tradición en que esta profesión debería apoyarse, para sustituirlo por un logo (el que ves junto al título de este artículo) propio de "empresilla de barrio", dicho sea con los respetos que estas han de merecernos por ser las que en definitiva levantan este país.

Sólo se me ocurren tres comentarios adicionales:

1. Es feo
2. ¿Cuánto nos ha costado el "cambio de imagen institucional"?
3. Casi que me lo callo...

José Francisco Ruiz.
Abogado.